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Jennifer Lawrence y Bryan Tyree Henry hablan sobre la importancia de la salud mental
El pasado 4 de noviembre tuvo lugar el estreno en la plataforma de streaming Apple TV+ de la película Causeway, dirigida por Lila Neugebauer y protagonizada por Bryan Tyree Henry y por la ganadora del Globo de Oro a Mejor Actriz en comedia o musical en 2013 por Silver Linings Playbook y en 2016 por Joy además de Mejor Actriz de reparto en 2014 por American Hustle, Jennifer Lawrence.
La película cuenta la historia de una soldado, Lindsey, que resulta herida en un combate en Afganistán, sufriendo un daño cerebral que la deja discapacitada. Cuando vuelve a su casa en Nueva Orleans a curarse las heridas se encuentra con un hombre, James, también discapacitado, que la ayudará en su recuperación física y también con su alma. Una historia que nos hace recapacitar en la necesidad de hablar y cuidar de nuestra salud mental. Con ambos conversamos por zoom para esta entrevista.
Me gustaría hablar sobre el tema de la soledad que muestra una película en la que ambos personajes parecen estar muy necesitados de compañía.
Bryan Tyree Henry: Querría destacar que la relación entre Lyndsey y James parte de la necesidad que sienten de compartir tiempo con otra persona que tenga una discapacidad. Saber qué es eso de que, en algún momento de su vida, una persona sea catalogada como discapacitada. Dos personas que vivían normalmente y cuando ocurre un accidente, cambia la forma en la que tienen que vivir, moverse y relacionarse con otras personas en función de su discapacidad, cuando, incluso, ha cambiado la forma en que se ven ellas mismas. Ambos estamos lidiando con nuestro dolor, con la culpa por el accidente. Y se da esa conexión de los personajes, compartiendo el dolor y poder pasar por esa situación juntos.
Jennifer Lawrence: Lo más increíble de esta película es que empezamos a rodarla antes de la pandemia. Y cuando haces una película independiente, sabes que en ese tiempo pandémico había que resistir. Ese tiempo nos sirvió para reforzar nuestros personajes, por la experiencia del encierro y por tener una nueva conexión.
¿Cómo ha cambiado su percepción sobre la salud mental después de hacer esta película?
Bryan Tyree Henry: Pienso que todos deberíamos contar con ayuda. Es algo en lo que todos deberíamos pensar y concentrarnos. Como ha dicho Jennifer, tras la pandemia todos volvimos cambiados, habíamos hecho cosas diferentes y hemos tenido pérdidas, así que cuando volvimos, no éramos los mismos. El entorno en el que rodamos tampoco era el mismo, había cosas que nos costaba dejar salir. Yo estaba con mi propio duelo, por eso quería que mi personaje tuviera paz y que transmitiera esperanza. Para eso es muy importante cuidarla salud mental, que no es un tema que se hable mucho en la comunidad afroamericana.
Jennifer Lawrence: Yo tengo mi propio proceso con respecto a la salud mental. Todo el mundo necesita un amigo, pasar juntos ese trauma colectivo. Por eso pienso que este tema dio un salto grande después del covid. No solo muchas personas perdieron a alguien, también perdimos nuestra libertad y nuestra conexión humana.
Una de las cosas que resalta en la película es la amistad entre un hombre y una mujer sin que tenga un componente sexual, solo dos almas perdidas que se encuentran en extrañas circunstancias. ¿Pueden hablarnos sobre eso?
Bryan Tyree Henry: En esa amistad tiene mucho que ver que Jen y yo pasamos mucho tiempo juntos entre toma y toma y hablábamos de lo que estaba pasando en el mundo y como nos hacía sentir. Eso fue muy terapéutico. Ella es una persona y una actriz muy generosa. En la película somos dos personas de ámbitos diferentes, aunque hayamos nacido en la misma ciudad, Nueva Orleans, lo que tiene mucha importancia cuando coinciden, porque sabemos cómo es crecer en un área determinada de esa ciudad y teníamos que derribar el muro que existe al haber nacido en una zona o en otra.
Queríamos profundizar en qué significa la amistad entre una persona negra y una blanca sin un final romántico. Simplemente son dos personas que se encuentran en un momento determinado de sus vidas y quieren ser amigos y había algo útil en ese descubrimiento: jugar a tirarnos bolas de nieve, bañarnos en una piscina. Sabemos cómo son las amistades en los buenos momentos y es en las situaciones difíciles, como en esta película, cuando sabes de verdad con quién cuentas. Y mientras compartíamos momentos de nuestras vidas podíamos ver lo que no estaba funcionando en ellas. Decidir quedarnos donde estamos viviendo y porqué lo hacemos, para compartir la esperanza de que quedarte en ese lugar, traerá cosas buenas.
Jennifer Lawrence: Bryan es lo más. Como amigo es tan receptivo, tan brillante y tan generoso con su amor que mi sentimiento fuera de la película es la alegría de haber conocido un alma como esta. Y todo esto lo llevamos a la película. Teníamos esa conexión humana y la llevamos al rodaje y cambió el curso de la historia.
Interpretar estos personajes y contar esta historia, ¿cómo ha cambiado su forma de ver el duelo personal? ¿Es esa compañía que se hacen, la que realmente quieren? ¿Cómo es ese proceso una vez acabado el rodaje de la película?
Jennifer Lawrence: Para mí era imposible pasar por la experiencia que tuvimos sin ser muy respetuosos con los miembros del ejército y los héroes que arriesgan su vida para cuidarnos. Queríamos asegurarnos que se sintieran bien representados y que no volvieran a sentir dolor. Para eso, como actores, usamos la empatía. Investigando para esta película y saber cómo se regresa de un trauma así, descubrí cosas que me cambiaron. No soy militar, pero los episodios de ansiedad y depresión, los reconocí en mí. Cuando a veces piensas: ´quizás si me mudara a otro país, cambiarían las cosas` y lo que me ha quedado de la película es que la curación empieza cuando decides quedarte, huir no resuelve nada.
Durante mis veinte años anduve de plató en plató y no tenía que pensar en mi vida; tenía un horario y un trabajo que hacer, cuando acababa, me sentía perdida. Me di cuenta que tenía que parar y pensar por qué no quería parar, no quería sentirme sola conmigo misma, no quería cuidar de mí. Por eso este personaje me ha gustado tanto: en un momento que su vida salta por los aires, ella ve que tiene que regresar al lugar donde se siente segura, tener una rutina, dejar de huir de sí misma para sentirse emocionalmente bien.
Bryan Tyree Henry: Honestamente, para empezar quise conocer lo que mantuvo a mi personaje donde estaba, en Nueva Orleans. Quería encontrar la forma de no enfadarme con él por no irse, aceptar el hecho de que quería quedarse ahí después del grave accidente de coche que lo despoja de todo y, aun así, decide quedarse. Quedarse, además, trabajando en un taller automóviles. La mejor forma que encontré para enfrentar a este personaje era interpretarlo tal y como es: un hombre de una sola pierna del que no sabemos en qué momento de su vida está. Ha tenido que aprender a vivir con una prótesis, pasar por todas las etapas para adaptarse a una nueva vida y, la última, la de la aceptación, la de estar donde debería estar, para crecer y encontrar otras posibilidades.