El papel de Oracene “Brandy” Price que Aunjanue Ellis interpreta en King Richard le ha valido la primera candidatura al Globo de Oro de su carrera. Han sido 25 años de carrera y 52 de vida los que han antecedido a ese día en el que pasó a ser la pieza central de la película que dirige el afrolatino Reinaldo Marcus Green. Construida como un vehículo para Will Smith y centrada en la vida de Venus y Serena Williams, Ellis interpreta a la madre de las tenistas. Y así es como se gana el juego, el set y el partido.
La mejor muestra de este dominio en la cancha artística es la llamada escena de la cocina, un momento clave de King Richard que ni tan siquiera necesitó de ensayo por una actriz que comenzó en el teatro. Como Brandy, Aunjanue se enfrenta cara a cara con el rey Williams o, mejor dicho, con el rey Smith, durante un duro intercambio verbal. “Es cierto que no la ensayamos. Pero los dos trabajamos duro para que nuestro discurso sonara cierto- confesó la actriz durante una conferencia de prensa-. Como Will dijo y con razón, él ya llevaba tiempo viviendo como Richard. Y yo sentía desde hace tiempo a Oracene como mía así que los dos sabíamos lo que decíamos”.
Los casi dos meses que la producción tuvo que cerrar sus puertas por culpa de la covid les sirvió a ambos intérpretes para interiorizar aún más sus papeles. Así, Aunjanue se sintió mucho más cercana a Brandy, una mujer dura y luchadora como ella de la cual, antes de empezar el rodaje, no sabía nada. Conocía la historia de superación de las hermanas Williams, fuente de inspiración para las jóvenes afroamericanas. Y sabía del padre de las tenistas. A Brandy, como mucho, recordaba haberla visto en el banquillo, sonriente, apoyando a sus hijas. Nada más. Con King Richard, Aunjanue, como el resto de los espectadores, descubrió a una fuente de inspiración para la comunidad afroamericana y para el resto de las mujeres. “En la familia Williams, el amor fue su arma en una sociedad que intentaba acabar con ellos”, especificó la actriz.
Otra cosa fue el tenis. Más ducha en el canto (como buena baptista practicante del sur de Estados Unidos donde cantaba en la misa hasta seis veces por semana), que en el deporte, Ellis tuvo que practicar tres veces por semana para las escenas en las que colabora en el entrenamiento de sus hijas. Pero en todo momento la actriz contó con la ayuda de la familia Williams, productores de la cinta, para conseguir el retrato más cercano a la realidad. No llegó a coincidir con Venus ni con Serena pero acabó sintiendo como familia a Isha Williams, también productora y presencia constante en el set. Ella, y las numerosas grabaciones que existían sobre Brandy fue su mejor fuente de información para construir a una mujer a la que admira pero que nunca llegó a conocer.
A sus 52 años, ni su éxito ni su carrera la han separado del Mississippi del que procede su familia y al que regresó tras cursar sus estudios como actriz en Nueva York. Sus ancestros fueron esclavos llegados del África Occidental y su abuelo, un activista social que acabó en la cárcel en la década de los 60. Un legado que ha dejado su poso en esta luchadora que siente la responsabilidad que tiene, como actriz y como activista, con la comunidad afroamericana. De ahí que intente ser muy selectiva con sus trabajos, aunque en algunas ocasiones eso haya significado un ascenso más pausado. La lista incluye títulos como Ray, The Help, The Book of Negroes, The Birth of a Nation, If Beale Street Could Talk o Lovecraft Country, serie en la que estaba trabajando cuando Smith la llamó para que hiciera una audición en su casa para el papel de Oracene.
Courtney B. Vance en la serie 61st Street además de estar trabajando en un guion centrado en la figura de Fannie Lou Hamer, activista a quien admira por su labor en la lucha a favor de los derechos de las mujeres y en la campaña de registro de votantes.